
Hace dos años, el 7 de octubre de 2023, terroristas de Hamás me secuestraron de mi casa en el kibutz Beeri, en pijama. Mi esposa, Raz, y yo fuimos arrancados de nuestras vidas y arrastrados a Gaza. Fui liberado en febrero de 2025 tras 491 días de cautiverio, pero 48 rehenes siguen en manos de Hamás. Mi pesadilla no ha terminado. No terminará hasta que todos regresen a casa.
Y ahora, por fin, hay esperanza. El presidente Donald Trump ha logrado un acuerdo histórico para traer a casa a los 48 rehenes —vivos y fallecidos— y poner fin a esta guerra, a este sufrimiento de nuestro pueblo. Después de tanto dolor, por fin tenemos una oportunidad real.
Pero con esa esperanza viene el miedo. Ya hemos visto oportunidades desmoronarse antes. El acuerdo aún no se ha firmado. Sé lo que está en juego. Sé lo que esos rehenes están padeciendo ahora mismo porque lo viví.