La inflación , medida por el índice de precios al productor , cayó siete décimas de punto porcentual a 2,6% para el año que terminó en agosto, informó el miércoles la Oficina de Estadísticas Laborales, una señal de que las presiones sobre los precios pueden no estar aumentando tanto como se pensaba.
En términos mensuales, el índice de precios disminuyó un 0,1%, menos que el aumento del 0,3% que se esperaba.
La inflación subyacente del IPC, que excluye los precios volátiles de los alimentos y la energía, aumentó un 2,8 % interanual. La inflación subyacente disminuyó un 0,1 % mensual.
Existe incertidumbre sobre cómo la amplia agenda arancelaria del presidente Donald Trump podría afectar los precios. Tampoco está claro hasta qué punto complicarán la misión de la Reserva Federal de reducir la inflación y, al mismo tiempo, mantener a flote la economía y el mercado laboral.
“En resumen, el shock inflacionario que no se produjo está disparando los mercados al alza, ya que la inflación apenas se mantiene a nivel de productores, lo que demuestra que el efecto arancelario aún no está impulsando las presiones generalizadas sobre los precios”, declaró Chris Rupkey, economista jefe de FWDBONDS. “Los economistas seguirán advirtiendo a los mercados que los precios de los bienes de producción básicos están subiendo significativamente a nivel de productores, por lo que el país no está a salvo de la amenaza inflacionaria”.