La cumbre del presidente Donald Trump con el presidente ruso Vladimir Putin en Alaska el viernes demostró que sigue siendo un maestro de la diplomacia. Mientras el presidente ucraniano Volodímir Zelenski viaja a Washington el lunes, Trump ha proporcionado el camino más claro hasta la fecha hacia la paz, aunque los medios corporativos no lo admitan.
Cuando los dos líderes mundiales partieron de la Base Conjunta Elmendorf-Richardson en Anchorage la semana pasada tras una reunión relativamente breve, los medios de comunicación internacionales se apresuraron a afirmar que Trump había fracasado porque no se había anunciado ningún acuerdo de paz. Sin embargo, una vez más, los autoproclamados "expertos" pasaron por alto por completo lo que Trump esperaba lograr y no lograron una visión más amplia.
El primer saludo entre Trump y Putin tras la llegada del presidente ruso fue un golpe de genialidad en política exterior por el que todo periodista honesto debería elogiar a Trump.
Putin aceptó reunirse en suelo estadounidense, un gesto que en sí mismo constituyó un reconocimiento tácito de que Estados Unidos, y Trump en particular, tiene la ventaja en las negociaciones. Lo máximo que Joe Biden pudo hacer fue una videollamada con Putin, quizás una bendición disfrazada dada la fragilidad de Biden. Sin embargo, es revelador que Putin no tuviera ningún problema en enfrentarse a Biden en una pantalla mientras se sentía obligado a viajar miles de kilómetros para reunirse con Trump en persona.